lunes, 13 de enero de 2014

¿GRATIS? 7 formas con las que pagas tu app móvil

Esta entrada será la primera de una serie en la que reflexionaré sobre las aplicaciones móviles y su precio... hoy veremos las siete formas, seguro que habrá algunas más que se me escapan, con las que se pagan o, en su defecto, pagamos, las aplicaciones móviles gratuitas... otro días veremos algunos detalles sobre la respuesta a la eterna pregunta: "Pero... ¿cuánto vale una aplicación móvil?"

  1. Aceptando soportar publicidad. 
    Es de las formas más antiguas de rentabilizar la inversión necesaria para desarrollar una aplicación por parte del creador. En la actualidad es cada vez menos rentable, salvo que se haga de forma muy agresiva de cara al usuario, con malas prácticas que generen clics sobre los banners no voluntarios o que sea una aplicación muy especializada con un conjunto de usuarios muy segmentados.
  2. Aceptando ceder nuestros datos, sean o no de contacto.
    De manera que la entidad que desarrolla la aplicación pueda cederlos a terceros para su explotación comercial directa o indirecta, como podría ser por ejemplo la recepción de ofertas o la identificación de tendencias comerciales. ¿Recuerdas cuál es el último aviso legal de una aplicación que leíste?
  3. Aceptando que sean otros los que paguen por mí.
    Sería aplicaciones que cuentan con el apoyo de organismos públicos o privados que promueven su existencia. En este momento esta forma está en proceso de reinvención, afortunadamente se vigila cada vez más cada una de las inversiones que se realizan y se intenta que tenga el mayor retorno posible para quien promueve. Gasto e inversión nunca debieron ser conceptos fáciles de confundir.
  4. Colaborando a través de donaciones económicas.
    Aportaciones directas y libres a los creadores de la aplicación para que sigan realizando su labor, en forma de premio a su esfuerzo y labor. Inviable por si mismos, al menos en España, salvo para proyectos que tengan una cantidad ingente de usuarios y estén muy consolidados.
  5. Realizando compras de elementos de pago para la ampliación de la aplicación.
    Este modelo está cada vez más en alza. Rara es la app de comunicación que no incluye una tienda con posibilidad de comprar iconos (stickers) o la de retoque fotográfico con filtros de pago... no deja de ser una variación del modelo freemium en base a ventas en vez de a las tradicionales conversiones.
  6. Nuestra acciones sociales suponen un beneficio para el creador de la aplicación móvil.
    A través de nuestro uso de la aplicación, compartiendo información en las redes sociales sobre el objeto de la aplicación, estamos generando un retorno válido a la entidad que ofrece el software, de manera que generamos un beneficio indirecto que compensa al creador su inversión.
  7. Mi persona, mi usuario, forma parte de la estrategia fundamental de valorización de la app.
    El modelo de negocio del que forma parte la aplicación móvil tiene como elemento fundamental la cantidad de usuarios de la misma y su valor es, por tanto, proporcional al tamaño que alcance la comunidad de usuarios. ¿Cuánto valdría un software como Snapchat si no contara por cientos de millones sus usuarios?
Por ello, cuando utilizamos o incluso, cuando soñamos que exista una aplicación que sea gratuita que solucione nuestras necesidades debemos pensar también, con cuales de las formas anteriores estamos dispuestos a pagar por ella... ¿lo tienes claro? ¿me compartes tus preferencias al respecto? Gracias...

Photo credit: fotografirox / Foter.com / CC BY-NC






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